El Lifting es un procedimiento quirúrgico de rejuvenecimiento facial que se utiliza para mejorar la apariencia global del rostro y el cuello, corrigiendo la flaccidez facial provocada por el paso del tiempo, la exposición al sol, el estrés o factores hereditarios. Si bien esta operación puede realizarse sola, en muchos casos puede combinarse con una blefaroplastia (corrección de las bolsas y arrugas de los párpados) o con una rinoplastia (modificación de la forma de la nariz).
Se trata de una cirugía que tensa la piel y la musculatura de la cara y el cuello, actuando sobre las arrugas que se producen alrededor de la boca, la nariz, los ojos –“patas de gallo”–, el área entre las cejas, y las acumulaciones de grasa alrededor del cuello –”papada”–. La técnica a seguir puede variar de acuerdo a cada paciente y a su estructura facial. El cirujano trabaja un lado de la cara por vez. Realiza incisiones que comienzan por la frente sobre la línea del pelo, continúan en las sienes y se prolongan detrás del lóbulo hacia la parte posterior del cuero cabelludo. Cuando se trabaja sobre el cuello, la incisión es pequeña y se sitúa detrás de la barbilla. El paso siguiente consiste en separar la piel del tejido graso y la musculatura. Si es necesario, se elimina el exceso de grasa, luego se tensan los músculos y se estira la piel, se remueve el exceso de la misma y posteriormente se sutura.
En tanto, el minilifting o lifting manequen es la cirugía que trabaja sólo sobre la caída de las cejas (cola de ceja) y las arrugas de la frente. En este caso, la incisión se realiza en la sien, detrás del pelo o, en algunos casos, en la línea donde finaliza el cabello. Esta técnica parcial permite devolver naturalidad y juventud al rostro. Las pequeñas cicatrices son naturalmente disimuladas por el crecimiento del cabello y la recuperación es muy rápida.
Ambas prácticas pueden realizarse tanto en hombres como en mujeres que quieren mostrar una apariencia juvenil y cuya piel mantiene cierta elasticidad. La mayoría de los pacientes tienen entre 40 y 60 años, aunque también pueden beneficiarse personas de mayor edad. Cada individuo alcanza resultados diferentes, debido a sus características particulares.
Tanto el minilifting como el lifting requieren de una preparación previa, y el cirujano plástico es quien evaluará los pasos a seguir de acuerdo a sus expectativas, sus necesidades, su historial médico y su estado de salud actual. Del mismo modo, le dará indicaciones precisas y le informará acerca de los riesgos, las posibilidades de complicaciones y el tipo de anestesia que podrá ser local + sedación, o general.
En cualquiera de los dos casos, la intervención quirúrgica puede llevarse a cabo en un sanatorio o en un centro de cirugía ambulatoria. La operación suele durar entre 2 y 4 horas. Al finalizar, la cabeza se rodea con vendajes compresivos y es probable que se coloquen tubos de drenaje que se suelen retirar a las 48 horas.
Lo habitual es que el paciente no sufra grandes molestias; si las hubiese, se pueden aliviar con medicación específica. Es normal sentir adormecimiento en la piel, así como también la aparición de hematomas e hinchazón; todos estos síntomas, comienzan a desaparecer a partir de la tercer semana.
Según sea necesario, los vendajes deberán permanecer de uno a cinco días. La mayoría de los puntos de sutura se retiran a los cinco días, aunque los que están en el pelo demoran unas jornadas más, de acuerdo al avance de la cicatrización.
La evolución y las complicaciones dependerán de que usted siga de manera estricta las indicaciones de su cirujano plástico.
Las recomendaciones generales post-quirúrgicas son:
· Permanecer con la cabeza elevada -al menos, en un ángulo de 30º- durante unos días, para evitar la hinchazón.
· Guardar reposo durante una semana y tener cuidados especiales con la cara y el pelo.
· Las primeras semanas su cuerpo utilizará toda su energía en la curación, por lo tanto, se debe descansar y evitar esfuerzos excesivos.
· Para volver a sus actividades habituales deberá esperar entre 10 y 15 días. El resultado final se aprecia varios meses después de la operación.
· Los primeros meses es conveniente evitar los baños de vapor y la exposición solar.
Si bien los resultados son duraderos (aproximadamente 7 años), con al paso del tiempo, el rostro seguirá envejeciendo, por lo tanto, es aconsejable complementar con tratamientos no invasivos que mejoran el color, el tono y la calidad de la piel, como los láseres fraccionados, los rellenos de ácido hialurónico, la toxina botulínica y la radiofrecuencia, que potencian el efecto de total rejuvenecimiento.
En líneas generales, recomiendo que antes de someterse a una cirugía de este tipo se comiencen a tratar los primeros signos de envejecimiento con procedimientos preventivos. Hoy contamos con herramientas que permiten retrasar bastante tiempo el paso por un quirófano.
El tratamiento con toxina botulínica logra no sólo atenuar las arrugas dinámicas, sino que al ser utilizado como mecanismo de prevención, logra retardar la aparición de las arrugas causadas por la gesticulación diaria; también impide su profundización. La piel está constantemente autoreparándose y, en el caso de las arrugas, el colágeno tiende a recuperarse, pero como el movimiento persiste se vuelve a dañar. Al relajar el músculo, la TB permite que la regeneración actúe mejor.
Las zonas tratadas más comúnmente son el entrecejo, las líneas de la frente, “las patas de gallo”, las arrugas nasales (aquellas que se forman a los costados de la nariz cuando uno ríe), el escote y el cuello.
Por otro lado, el tratamiento con rellenos de ácido hialurónico permite atenuar las arrugas de expresión, ya sean las del entrecejo, las comisuras y en el contorno de los labios (código de barras), las arrugas de paréntesis y de “marioneta” (cerca y debajo de la boca). También permite recuperar el volumen perdido de la región malar, el mentón y los labios, como así también, permite reposicionar el contorno facial.
En cuento a la región de los ojos, hoy existe un producto especifico para tratar el surco de ojeras, pero su uso esta reservado específicamente para médicos formados en esta técnica y con un sólido conocimiento de la fisiología de esta área en particular.
Siempre van a existir pacientes que deseen operarse, pero también están aquellos que prefieren resultados más moderados, con tal de no pasar por el quirófano. El secreto está en entender al paciente, asesóralo respecto de sus expectativas, y ofrecerle la solución más segura y adecuada para su caso en particular.
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